Son necesarias más oración y más diálogo. Eso es lo que hace falta. El mundo se ahoga sin diálogo. Pero el diálogo es posible solo a partir de la identidad de cada uno. Yo no puedo fingir que tengo otra identidad para dialogar. No, no se puede dialogar así. Yo soy con esta identidad, pero dialogo, porque soy persona, porque soy hombre, soy mujer y el hombre y la mujer tienen esta posibilidad de dialogar sin negociar su identidad. El mundo se ahoga sin diálogo: por eso ustedes ayudan a promover la amistad entre las religiones.
Continúen por ese camino: oración, pobres y paz. Y caminando así ayudan a hacer crecer la compasión en el corazón de la sociedad –que es la verdadera revolución, la de la compasión y la ternura–, a hacer crecer la amistad en lugar de los fantasmas de la enemistad y de la indiferencia.
Del texto pronunciado en Santa Maria in Trastevere durante la visita a la Comunidad de Sant’Egidio, 15 de junio de 2014 (IT) |