“La exigencia de futuro nunca es clandestina”. Estas palabras del cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio de la Pastoral para los Migrantes y los Itinerantes, resonaron ayer en la basílica de Santa María en Trastevere, llena a rebosar por la vigilia de oración en recuerdo de los que han perdido la vida en los peligrosos recorridos de la inmigración. Durante la oración ecuménica, rica de los cantos de las comunidades de inmigrantes de África y de Asia, se han recordado y llevado al altar los nombres de muchos de ellos – mayormente jóvenes, y también niños – muertos “de esperanza”. La oración concluyó con un llamamiento, que es también un compromiso “para mantener vivo en nuestra sociedad un espacio de humanidad donde se pueda reconocer y acoger a estos hombres y a estas mujeres como hermanos y hermanas”. |