Hoy, en Montecitorio, en la Sala della Lupa, se ha celebrado la presentación del libro "Fare Pace. La Comunità di Sant'Egidio negli scenari internazionali" ed. Leonardo International.
Tomaron la palabra Giuliano Amato, Gianfranco Fini, Franco Frattini, Marco Impagliazzo y Walter Veltroni.
Roma, 12 de mayo (Adnkronos) – “La Comunidad de Sant’Egidio ha demostrado ser, en más de cuarenta años de vida, una reserva de energía moral para Italia, en cuanto sujeto pacificador y no pacifista capaz de hacer frente con éxito la nueva compleja realidad internacional.
Por eso representa un patrimonio espiritual de nuestro ser testigos de una humanidad que no renuncia, a pesar de todo, a creer que puede ser mejor”. Lo ha afirmado el presidente de la Cámara Gianfranco Fini, interviniendo en Montecitorio en la presentación del volumen “Hacer la paz. La Comunidad de Sant’Egidio en los escenarios internacionales”, con la intervención del ministro de Asuntos Exteriores Franco Frattini, de Giuliano Amato, Walter Veltroni y del presidente de la Comunidad de Sant’Egidio Marco Impagliazzo.
“En una célebre alocución a los miembros de la Comunidad, hace ya treinta años, el papa Woytila –recordó también Fini– condensaba las características de la Comunidad en “tres ejes”: esperanza, solidaridad y espiritualidad. En otro tiempo, mucho antes de las teorías sobre el choque de civilizaciones, los hombres y las mujeres de Sant’Egidio ya vieron la importancia de la religión para los pueblos, que no podía quedarse confinada a ser algo privado como un cierto laicismo (que no tiene nada que ver con la laicidad) habría querido y que no debía instrumentalizarse por fines políticos”.
“Lo más grande de la Comunidad de Sant’Egidio –recordó Veltroni– es que intenta afirmar que no está escrito en ninguna parte que identidad y diálogo tengan que entrar en conflicto. Es necesario que cada uno cultive su identidad, cada uno de nosotros es hijo de una historia, pero cultivar la identidad no puede significar considerar al otro enemigo. La globalización nos gusta, pero cuando el otro se materializa en carne y huesos, nos da miedo".
La paz es “un bien común pero también una responsabilidad colectiva que hay que compartir”. El ministro de Exteriores, Franco Frattini, dijo en su intervención, anunciando que la Farnesina, tras la “extraordinaria” experiencia de diálogo y colaboración que lleva a cabo desde hace años junto a la Comunidad de Sant’Egidio, ahora está “trabajando para llegar a formalizar un acuerdo global entre el ministerio de Asuntos Exteriores y la Comunidad”.
Explicando el nuevo concepto de paz cada vez más “multilateral”, Frattini recordó que todas las misiones de paz “involucran cada vez más a todos los actores internacionales: desde la ONU, hasta la Unión Europea, la OTAN y la Unión Africana”. Hablando del trabajo junto a la Comunidad de Sant’Egidio, Frattini recordó los procesos de mediación de la paz, como el caso de Mozambique, y más en general el trabajo en África, también en el ámbito de lucha contra el sida, el diálogo intercultural e interreligioso con Indonesia y la batalla, “que continúa”, contra la pena de muerte.
«El diálogo –subrayó el presidente Impagliazzo– está en los cromosomas de la Comunidad. Así, en los años noventa, y, sobre todo, después del 11 de septiembre esta búsqueda del diálogo pareció ingenua, en un mundo que parecía destinado al choque de civilizaciones y de religiones. La guerra, la cultural y también la de las batallas, era considerada una dolorosa necesidad».
Nosotros hemos creído en este axioma, presentado como necesidad. No se trata de pacifismo de principio, sino de un realismo que ha madurado a través de la experiencia pacificadora de los distintos conflictos descritos en este libro”.
“Todos pueden trabajar por la paz, por la convivencia, esta es nuestra convicción más profunda. En este importante lugar de la democracia italiana –concluyó Impagliazzo– querría decir que en el mundo el nombre de Italia es amado y respetado también gracias a este humilde y tenaz trabajo”
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