Pasar del "Mare Nostrum" al "Frontex plus" no debe ser un fracaso. La iniciativa actual del Gobierno italiano –explicó Mario Morcone, jefe del departamento del Ministerio del Interior en el Encuentro de la Comunidad de Sant'Egidio de Amberes– "pretente activar una cooperación más profunda, que no se limitará a una mera subdivisión de costes, sino que sobre lo que se ha afirmado entre más o menos comprensibles cautelas diplomáticas, habrá que dar un paso creíble hacia un claro repartimiento de responsabilidades". Si la convención de Dublín se convierte para los socios europeos en un "monstruo invencible e imposible de derrotar, creo que ha llegado el momento de introducir el denominado 'mutuo reconocimiento europeo' en las decisiones de emisión del estatuto de protección internacional. ¿Qué Europa del asilo es –se preguntó Morcone– una Europa que mantiene prisioneros en un Estado a aquellos a los que se les ha reconocido la protección internacional? ¿Qué Europa es la que recupera, básicamente, las fronteras nacionales solo para aquellos emigrantes a los que hemos considerado oportuno dar nuestra ayuda? ¿Qué Europa es la que reconoce el valor de la reagrupación familiar y de las condiciones de especial vulnerabilidad, pero en la práctica refuerza las vallas entre países de la zona Schengen?".
Para Daniela Pompei, responsable de inmigración de la Comunidad , si Frontex significa "solo salvaguardia de las fronteras, no sirve y no salva. Entonces es mejor continuar con Mare Nostrum que ha salvado a más de 117 mil personas". Se trata de despertar la Europa del torpor y llevarla por el camino de un asno realismo confirmado por los datos. Según en estudio, para 2015 en Europa harán falta cinco millones de inmigrantes. Habría que introducir a muchos en el continente para mantener el nivel de vida ya erosionado por la crisis económica. Para Zygmunt Bauman, intelectual conocido por su análisis de la "sociedad líquida", Europa no tiene en cuenta el efecto "pull and push", el "empuja y tira", producto del progreso económico que expulsa a los trabajadores del sistema productivo cuando se convierte en tradicional: Europa "está despidiendo a las personas para producir a más bajo coste", por otra parte, "las personas buscan el pan y el agua allí donde los hay". El camino es encontrar soluciones locales a problemas globales. El trabajo de los políticos debe ir en esa dirección para hacer frente a los problemas a gran escala.
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